La CUP llama al enfrentamiento civil y se moviliza para «la batalla definitiva» por la independencia
El día de «la batalla última y definitiva». Así han bautizado los grupos radicales en la órbita de la CUP a este miércoles en el que las fuerzas independentistas (PDeCAT, ERC y la CUP) tienen previsto aprobar en el Parlament la ley del referéndum y la fundacional de la república catalana.
En un comunicado difundido en la mañana de este martes, ‘Poble Lliure’, organización vinculada a la CUP, ha llamado a la movilización «general, permanente y siempre bajo nuestro control», a partir de que se aprueben las leyes de ruptura con España.
La aprobación de estas leyes suponen el punto de partida hacia el 1-O. Los grupos más radicales del independentismo vienen advirtiendo sobre la conflictividad que se avecina si el Estado aplica la ley para impedir el referéndum. Según el comunicado, «queremos contribuir a allanar el camino para que esta fecha que ya tenemos bien cerca sea una victoria brillante».
Los activistas explican que la movilización debe ser «desde todos los territorios y frentes de acción donde estamos, con insistencia y sin darnos tregua ni reposo». Y añaden que las acciones deben tener lugar «en los términos más adecuados para conseguir el máximo apoyo, es decir, sin dar ninguna facilidad a la actuación de España».
Las fuerzas independentistas más radicales contemplan un escenario de movilización para asegurar los resultados del referéndum, en el que no se descartan protestas callejeras. La diputada Anna Gabriel ha dejado este martes en manos del Govern la responsabilidad de convocar el referéndum. «Nosotros estaremos en las calles», ha dicho. Y ante la posibilidad de que el Estado lo impida, la también diputada Mireia Boya ha dejado esta frase: «Tendrá que venir la Guardia Civil para arrancarnos de nuestro escaño».
En la calle no solo para votar
“El 1-O la gente tendrá que salir a la calle todo el día, no solo para votar”. La frase es del diputado de la CUP Albert Botrán. En una entrevista en ‘el Món’, diario independentista, Botran ha descrito cómo será el 1 de octubre a partir de las 8 de la mañana. “Habrá que hacer un trabajo tan popular como institucional para garantizar el referéndum. No será un referéndum con plena normalidad”.
Y explicó por qué: “Esa mañana no tendremos que ir solo a las 9 de la mañana a votar, o a las 8 quién esté llamado a las mesas, sino a las 6 de la mañana para garantizar la normalidad plena, que es poder abrir los colegios para evitar sabotajes”.
El diputado de la CUP recordó que el trabajo no acabará en casa. “Desde el momento en que cierren los colegios electorales hemos de estar en la calle, porque si gana el sí, el resultado querrá ser deslegitimado por parte del Estado y habrá que hacerlo valer mediante la movilización”.
Las palabras de Botran están en consonancia con las que la semana pasada pronunció el líder de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, quien amenazó con que “la suspensión del referéndum no saldrá gratis”.
«Barrámoslos»
El pasado viernes la CUP presentó “Referéndum: la clave que abre la cerradura”, un documento de quince artículos en la que apelan a la desobediencia civil para blindar el 1-O. Según explicaron, la vinculación del referéndum vendrá de la “convicción y determinación” de los políticos del bloque independentista, el PDeCAT, ERC y la propia CUP. De ahí que los cupaires insistan en hacer de “la firmeza de los cargos electos y del conjunto de la ciudadanía un auténtico muro contra la injusticia legal”.
La CUP presentó hace unas semanas su campaña en pro del ‘SÍ’ en el referéndum con una expresión explícita, “Barrámoslos”, en un cartel en el que aparecían el rey Felipe VI, Mariano Rajoy y José María Aznar, entre otros.